domingo, 25 de noviembre de 2007

El Guggenheim cumple una década entre nosotros

El Museo, obra del arquitecto canadiense Frank O. Gehry, ha convertido a Bilbao en una de las ciudades de referencia dentro del panorama artístico internacional.

El 19 de octubre de 1997 abría sus puertas al público el Museo Guggenheim en la ciudad vizcaína de Bilbao, tradicionalmente vinculada a la industria y los astilleros. Una ciudad gris, decían entonces, caracterizada por el humo y los malos olores que desprendían las infraestructuras portuarias situadas en los márgenes de la Ría. Las autoridades vascas, con José Antonio Ardanza a la cabeza, habían decidido unos años antes, en 1991, emprender negociaciones con la Fundación Guggenheim de Nueva York, interesada en abrir “delegaciones” de su institución en otras ciudades europeas.

Ante el escepticismo y las críticas por el gran desembolso económico que suponía la remodelación de una parte de la Ría para dar cabida a tan magnánimo proyecto, las obras se encargaron a Frank Gehry, un arquitecto nada convencional que tenía en sus manos la capacidad de crear un gran museo de arte contemporáneo hasta entonces inexistente en Euskadi.

Y así, a partir de un edificio singular convertido en museo, Bilbao se ha erigido en una ciudad de referencia dentro del panorama artístico internacional. Ya en el primer año de su creación, el Museo vasco recibió casi un millón de visitantes, cifra que ha ido aumentando en progresión geométrica cada año de existencia hasta llegar a los 10 millones de visitantes en sus primeros 10 años de vida. Una intervención en lo cultural que ha servido para remodelar y embellecer la parte de la Ría cercana al edificio, que ha experimentado una gran transformación a favor de los espacios abiertos. Lo que antes era maquinaria abandonada y viejos contenedores industriales, son ahora paseos y espacios verdes dignos de aparecer en una postal, siempre con la estructura de titanio al fondo, como si de un barco varado en mitad de la Ría se tratara.

Dejando a un lado las críticas de quienes consideran la operación como una mera estrategia de marketing, lo cierto es que el Guggenheim también ha servido para relanzar un turismo antes muy incipiente en la ciudad. Ya sea sólo para visitar el edificio y sus exposiciones, fotografiarse con alguna de las mascotas del Museo, como Puppy o Maman (la araña amenazante) o bien (y también) para conocer más a fondo el resto de alicientes que propone la ciudad vasca, los ingresos turísticos han aumentado considerablemente. Se estima que del total de visitantes del Museo, más del 80% procede de fuera de Euskadi, por lo que encontrar una habitación de hotel en la ciudad y las poblaciones vecinas se convierte en una tarea complicada, sobre todo en puentes y fines de semana.

Para celebrar su décimo aniversario, el Museo ha organizado diversas exposiciones e intervenciones de interés. La muestra Art in the USA: 300 años de innovación, que se puede contemplar hasta el próximo mes de abril, recorre tres siglos de arte estadounidense, en un montaje expositivo cronológico que nos lleva desde su etapa colonial hasta las últimas manifestaciones del pop art, en la línea de las grandes retrospectivas desarrolladas por el Museo Guggenheim desde sus inicios. Los artistas Maider López y Daniel Buren también se sumaron a la celebración. El pasado mes de octubre, López llevó a cabo una de sus intervenciones urbanas convocando a 1000 personas en una de las explanadas del Museo que, con placas que imitaban el titanio que reviste el edificio, simularon una ampliación del Guggenheim tan sólo levantando sus brazos. Por su parte Buren revistió de rojo la estructura superior del Puente de La Salve, que cruza por encima del Museo. Arcos rojos fue presentado al público el pasado 19 de octubre, un día clave para el Guggenheim. Otra exposición de interés, Chacun à son goût (Cada uno a su gusto), recoge las obras de 12 jóvenes artistas vascos contemporáneos y se podrá contemplar hasta febrero de 2008.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Cita del día

Cada fracaso enseña al hombre algo que debía aprender
Charles Dickens

jueves, 25 de octubre de 2007

Cita del día

La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.
Ernest Hemingway (1896-1961). Escritor estadounidense

martes, 23 de octubre de 2007

Cita del día

Odio a los discjockeys asesinos porque siempre me joden la canción.
Carlos Goñi. Compositor, músico y cantante español.

lunes, 22 de octubre de 2007

Cita del día

Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
Bocaccio

Camino de Santiago

El año pasado se cumplió uno de los deseos que siempre he tenido: hacer el Camino de Santiago. Me acompañaron en esta ruta particular 2 personas muy importantes. Óscar, la mitad que me completa, y Alfonso, nuestro "Félix Rodríguez de la Fuente" particular, además de otras personas que fuimos conociendo a medida que los días y los Km iban pasando.

En nuestro periplo escribimos un diario, que daba cuenta de las experiencias, anécdotas y adversidades acontecidas en cada jornada. Cada día, al finalizar la etapa, intentábamos escribir y plasmar una visión particular de lo que había pasado, cuando el cansancio (y la vaguería) nos daban su permiso.

Ahora me he propuesto transcribirlo, poco a poco, en este diario virtual. Aprovecho también para dar las gracias a todos los que nos apoyaron y nos dieron ánimos para emprender la marcha. Porque durante aquellos días, os llevamos a todos en el pensamiento.

2 AGOSTO: RIBADEO-GONDÁN (22.5 Km. Aprox.)
El día ha comenzado temprano en Ribadeo. A las 7 de la mañana el aire era fresco y las últimas luces de las farolas se apagaban. Tras zamparnos un café y unas tostadas hemos empezado a seguir los primeros mojones y flechas amarillas que nos indicaban el camino. Aún no había salido el sol. Los 3 peregrinos, palos en mano, surcábamos carreteras secundarias,caminos y subidas, muchas subidas.

En 1 hora y cuarto hemos llegado al primer pueblo, Vilela, del que nos separaban 7,6 Km. A partir de aquí nuestra etapa se ha empinado bastante, puesto que el cansancio,las cuestas y los primeros dolores de pies han ido apareciendo.

A las 13´15 alcanzábamos nuestra meta: el refugio de peregrinos de Gondán; bastante apañado,con literas y, lo más importante,sin demasiada gente,nota característica del Camiño do Norte. Pero...¡oh,oh! No llevábamos comida y como nos mola hacernos los héroes hemos andado otros 2 Km. más para llegar a un bar en el pueblo de al lado en vez de llamar para que una amable señora nos trajera la comida. Menos mal, porque si no nos hubiéramos perdido ver al abuelo fumador de O Corveiro de más de 80 años conduciendo un 206...

En fin, que el día ha sido muy completo. La ducha nos ha dejado reconfortados, aunque haya sido con agua fría. Ahora a las 20´45 vamos a cenar y prontito a la cama para descansar nuestras piernas. Menos mal que la etapa de mañana es de 13 Km. Próxima estación: Mondoñedo.
______________________MJ_________________________


Pues sí, pues sí...Aquí estamos en Gondán cenando algo; porque sí, hemos encontrado comida. Después de duros momentos de desesperación en los que sospechábamos que tendríamos que recurrir a las ya extintas, o por lo menos mal recordadas habilidades cazadoras propias de nuestra especie,nos han hablado de un bar en el que conseguir viandas para nuestra supervivencia. Teniendo en cuenta que el bar estaba a 2 Km. con la correspondiente vuelta cuesta arriba,aderezado con una solana que provocaba que nuestras neuronas bailaran descontroladas equiparándose a Alberto bailando en quinto nivel de transformación, probablemente hubiese sido mejor cazar.
______________________ÓSCAR_______________________

A las siete y pico hemos salido del hostal, dejando las llaves en las puertas de nuestras habitaciones. Salimos los tres a la calle con nuestras mochilas y pronto nos arropa el agradable frescor de la mañana. Vemos a la gente que se tiene que levantar temprano para trabajar, abrir sus negocios y llevar a cabo sus quehaceres diarios. Buscamos un bar donde poder desayunar y ¡vaya si lo encontramos! Nos metemos entre pecho y espalda un par de tostadas untadas con mantequilla y mermelada de albaricoque y un café bien calentito con sus respectivos sobres de azúcar. Tras degustar ese manjar plácidamente, recogemos la mesa en agradecimiento por la hospitalidad y amabilidad de la señora que lo regentaba y comenzamos nuestra trepidante aventura mis dos amigos y yo.

A la mitad de una cuesta empinada nos volvimos todos a contemplar la impresionante desembocadura del río Eo con los primeros rayos del sol.A ambos lados del río había blancos pueblos, las grises aguas brillaban como un diamante recién pulido y las imponentes montañas circundantes estaban arropadas por una cortina de bruma blanquecina que le daba al paisaje un aire místico y espiritual, casi onírico. Y al fondo, casi confundiéndose con el infinito del horizonte, el imperturbable y silencioso Mar Cantábrico.

A partir de aquí atravesamos hermosos valles verdes,cada uno de ellos salpicado de pintorescos pueblos rodeados de bosques formados, sobre todo, por invasivos eucaliptos; también hay, aunque en menor medida, robles, castaños, avellanos, nogales, etc. También he visto multitud de aves, tales como verdecillos, ratoneros, cornejas y algún escribano.

Después de hacer varios descansos para beber agua y librarnos, al menos por un momento, de la pesada carga de nuestras mochilas, y tras subir empinadas cuestas para atravesar, bien por carretera bien monte a través, varios montes, llegamos a Gondán y nos alejamos en su refugio para peregrinos, que era bastante decente. Había gente variada: alemanes, franceses, ingleses y un grupo de adolescentes catalanes llevados por monitores. Lo único "malo" de todo fue que tuvimos que ir a comer y buscar la cena al bar más cercano, que estaba a ¡2 Km! Pero cuando ya has recorrido veinte, esa distancia te parece insignificante y, si has dejado las mochilas en el albergue, hasta parece que vas volando por la carretera. ¡¡¡Mañana toca Mondoñedo!!!
__________________FONSI___________________________________

3 AGOSTO: GONDÁN-MONDOÑEDO (13 Km. Aprox.)
Escribo en azul porque no sé dónde está mi boli negro. Hoy la lluvia nos ha acompañado durante toda la travesía, pero es lo que tiene Galicia y, sin duda, es lo que le da belleza y emoción al camino.

La ruta de hoy se caracteriza precisamente por esas dos palabras: BELLEZA y EMOCIÓN, por los parajes x los que hemos transitado. Parecíamos transportados a otra época por las montañas embarradas y árboles por los que pasábamos. Un mojón mal orientado nos ha hecho dudar, pero menos mal que nuestros amigos los ingleses nos han echado un cable.

Los amigos van aumentando a medida que pasan los días. Ya nos alegramos cuando vemos a alguien conocido por el camino y nos preguntamos dónde está la gente cuando somos los primeros en llegar al albergue.

Para comer, unos deliciosos macarrones con atún, salchichas y tomate y por cena nos hemos decantado por unas raciones en un bar de Mondoñedo. Espero que no palmemos (= que nos sablen/sajen), porque son las 21:15 y estamos esperando a que nos la preparen.

Voy a echar de menos a la familia del "súper" de Mondoñedo, el supermercado que nos ha alimentado hoy.
_____________________________MJ_________________________

"Crónica de una lluvia anunciada"

En Galicia la lluvia es un arte, dice el dicho, valga la "rebuznancia". El día comenzó con lo que sospechábamos: iba a ser chirimiri. ¿Chirimiri? Pues sí, además de una pertinaz lluvia que mezclada con la mierda de vaca de las calles de ciertas aldeas, convertían el terreno en una escatológica pista de patinaje. Qué bonitas las vacas, defecando en medio de la vía pública. El resto del trayecto eran senderos en los que podía aparecer en cualquier instante un vietcom cabreado entre la hierba.
__________________________ÓSCAR_________________________

Si en nuestro primer día de travesía la tónica general fue un tiempo soleado, temperaturas agradables y un cielo azul y limpio como los ojos de una valquivia, en nuestro segundo día se cambiaron las tornas completamente: lluvia intensa, mucha humedad en el ambiente y una niebla densa como el pensamiento de un filósofo. Cuando nos tocaba atravesar sendas de montaña, se formaban pequeños arroyos y barrizales que hacían que el camino fuera más dificultoso y duro; por si fuera poco, el camino a veces se hacía tan estrecho y angosto que casi las zarzas y los helechos podían rozarte la cara. Si a esto añadimos las empinadas laderas de una montaña y los suelos cenagosos y resbaladizos, el riesgo de sufrir algún percance físico se multiplicaba por diez.

Hubo una primera etapa en la que fuimos pegados prácticamente al grupo de excursionistas catalanes y sus monitores. Les oíamos cantar canciones y jugar a cosas para hacer más llevadero el camino, hasta que llegamos a Lourenzá, pueblo en el que les dejamos atrás. Más tarde hubo un momento en el que atravesamos una escabrosa senda y, cuando la dejamos para andar por el borde de la carretera, prácticamente ya estábamos en el Concejo de Mondoñedo. Un poco antes habíamos alcanzado a la pareja inglesa, gracias a la cual nos dimos cuenta de que una de las señales del camino estaba equivocada. A partir de aquí los seguimos hasta que nos paramos en una parada de bus para revisar la ruta. Ya habíamos llegado a Mondoñedo.

Una vez aquí, nos costó un poco encontrar el albergue y tuvimos que preguntar a los lugareños. Al llegar al albergue había una chica limpiando, muy guapa por cierto, y nos dijo de lo que disponíamos y los problemas que había (no tenía agua caliente, la puerta principal no se abría desde fuera). Comimos, nos echamos una siesta, nos dimos una vuelta por el pueblo, cenamos muy bien y nos acostamos.
______________________FONSI______________________________

4 AGOSTO: MONDOÑEDO-ABADÍN (19 Km. Aprox.)

La etapa de hoy me ha gustado. Bueno, en realidad todas tienen algo por lo que disfrutas, pero la de hoy me ha gustado por el inicio que hemos tenido y porque aunque ha sido casi toda ella subida, no era muy pronunciada y después venía siempre una pequeña bajada en la que nuestros pies caminaban más ligeros, como si fuéramos hobbies por la Comarca.

Hablaba del inicio de la etapa de hoy porque la mujer que regentaba el bar donde hemos tomado unos cafés en Mondoñedo nos ha tratado con tal amabilidad que cuesta olvidarla. Todavía queda buena gente en el mundo.

Hoy nos hemos despedido de nuestros amigos ingleses (o irlandeses, no lo sabemos), con los que ha habido tiki taka (intercambio de frases en otro idioma). Los máquinas iban a caminar otros 20 Km. más para no quedarse en el polideportivo/gimnasio en el que vamos a dormir esta noche. Polideportivo, sí, pero al menos con agua caliente.
_________________________MJ_______________________________

Salimos de Mondoñedo con el pueblo tan vacío y silencioso que parecía un pueblo fantasma. Como estaba todo cerrado,fuimos a la plaza principal y sacamos las mandarinas que habíamos comprado el día anterior para degustarlas con avidez. Luego vimos a la simpática y risueña pareja de ingleses en la plaza y tuvieron la gentileza de decirnos por dónde debíamos ir. Pero, viendo que empezaban a abrir locales, nos metimos en un bar, "El Pelegrín", donde una señora súper simpática nos atendió; además de los cafés nos ofreció magdalenas caseras y tostadas, pero con nuestra reciente ingesta de mandarinas, sólo nos tomamos el café. Además, nos selló la credencial y yo personalmente me despedí de ella dándole un beso en la cara; también desayunaron allí los ingleses, siempre felices, como nosotros.

A pesar de las indicaciones de la señora del bar,nos costó un poco dar con el camino, pero al final lo conseguimos. Al principio fuimos por carreteras, casi paralelamente a un precioso valle de los que tanto abundan por esta región; luego nos metimos en una senda de montaña y comenzamos a ascender trabajosamente. La temperatura era ideal, fresca y leve, pero al mismo tiempo te espabilaba por su pureza. Nos encontramos con los catalanes y los ingleses varias veces mientras atravesábamos verdes y hermosas campiñas salpicadas de vacas, castaños, nogales y un sinfín de pajarillos que nos deleitaban con sus diálogos a la luz del sol.

Al final, llegamos a Abadín, nuestro destino en la etapa de hoy. Un monitor que estaba esperando a los chicos catalanes y que nos había preguntado por ellos, nos dijo nos dijo que en la Casa del Concello te sellaban la credencial, así que allí fuimos. Una vez hecho esto nos dijeron que habìan habilitado el pabellón de un gimnasio para que los peregrinos pasaran la noche. Y allí nos dirigimos.

No terminaré mi relato sin antes decir que los chicos catalanes no pararon de hacer ruido durante toda la tarde y no nos dejaron dormir la siesta. Como contrapunto, las simpáticas chicas vascas nos dejaron una cuerda para tender la ropa que habíamos lavado.

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En el capítulo de hoy hemos aprendido que tender la ropa en un día de viento huracanado no es lo más asonsejable, más aún si tenemos en cuenta que nuestro capital en pinzas era ciertamente raquítico.

________________________ÓSCAR____________________________

sábado, 20 de octubre de 2007

Cita del día

Un viaje de diez mil kilómetros empieza por un solo paso.
Proverbio chino